El mundo de las fantasías sexuales

Todos tenemos secretos ocultos que guardamos en el fondo de nuestros pensamientos y que solo compartimos con personas en las que confiamos, pero cuando hablamos de historias imaginarias e imágenes que nos provocan un fuerte deseo carnal, es cuando las llamamos fantasías sexuales. Una fantasía sexual es algo que nos causa excitación con sólo imaginarla y no siempre está relacionada con el acto sexual.
Y aunque la fantasía no se vuelva realidad esto es lo que la hace tan excitante, de hecho las mujeres y los hombres fantasean más de una vez a lo largo de sus vidas de forma individual o en pareja y como cada cabeza es un mundo, te mencionaremos curiosidades y diferencias que existen con ayuda de Tamiko Hernández, educadora de la sexualidad de Prudence.
Comencemos por la forma en que se dividen las fantasías:
Fantasías inusuales: Son las menos comunes, como el tener relaciones sexuales con sexoservidoras, botargas gigantes, orinarle a la pareja o ser orinado (lluvia dorada).
Fantasías típicas: Estas están en la mente de la mayoría y son desde tener un trio, tener sexo en un carro o en público y usar disfraces sexys.
Fantasías raras: Cuando una fantasía sexual se convierte en el único método que tiene una persona de excitarse, esta pasa a convertirse en deseos obsesivos o parafilias como el fetichismo, el exhibicionismo, sadomasoquismo, entre muchas otras.
Por otro lado, las fantasías sexuales también tienen su parte curiosa:
En un de los estudios publicado en The Journal of Sex Research, se encontró que los hombres piensan en sexo un promedio de 19 veces al día, mientras que las mujeres piensan en promedio 10 veces.
Basados en otro estudio de Personality and Social Psychology Bulletin, si estás en una relación estable y feliz, las fantasías que tengas están relacionadas con la intimidad en pareja, pero en el caso de una relación con muchos conflictos, las fantasías son agresivas y menos emocionales.
Las fantasías ayudan en la autoestima ya que eliminamos todo lo malo, todo es perfecto y eso eleva nuestra seguridad, de hecho la ausencia de fantasías sexuales puede causar un trastorno físico o psicológico.
Fantasear ayuda a lubricar, al no centrarse solo en penetración nos permite sentirnos excitados y a tener relaciones sexuales espontáneas y sin limitaciones, el implementar un juguete o un producto pueden ser parte de una fantasía.
La forma en la que fantaseamos también tiene que ver con nuestra personalidad, las personas extrovertidas y curiosas son las que tienen mayor interés en probar cosas nuevas, mientras que las personas introvertidas tienden a ver sus fantasías sexuales con culpabilidad, cuando en realidad es completamente normal.
Ahora, en el caso de los hombres y mujeres, las fantasías varían mucho pero se ponen de acuerdo en algunas ideas:

Ambos géneros coinciden en tener relaciones sexuales en algún lugar extraño o extravagante y el 88% de los hombres y el 92% de las mujeres coincidieron en que preferían sentir emociones románticas durante una relación sexual.
Si mencionamos todas las fantasías posibles, nunca acabaríamos, pero fantasear es algo sano y estimulante para nuestra imaginación y vida sexual que permite descubrir nuestro propio erotismo. No niegues tus fantasías, negarlas es negar una parte muy enriquecedora de tu sexualidad. (Fuente: lifetrendy)

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